En el Día Internacional de los Archivos #IAD15 , sigo con la serie dedicada al Archivo de la Villa de Madrid.#NoSinArchivos. Nos quedamos a finales del S.XVI con la Parte VIII y a partir de este momento, el centro y los archiveros evolucionan exposicionalmente.
El archivo se convierte
en oficina pública el 20 de octubre de 1777, y comienza a recibir demandas de
información y se contestan sin intermediarios, se hacen copias de originales,
certificados de nobleza, informes y búsquedas y búsquedas especiales de
documentos de más de 10 años de antigüedad. Esta decisión es muy importante,
tanto que se imprimen 500 ejemplares de su contenido y el archivero tiene una
dotación específica y se une status jurídico. Pero Diego Sáenz Manso fallece el 12
de junio de 1782, y no es hasta este momento, cuando se piensa en hacer un
examen teórico-práctico para proveer de personal esa plaza vacante.
La mayoría de los 24
aspirantes poseían conocimientos de lengua latina, francesa, estudios
universitarios, y experiencia en archivos. Se dictaminaron una serie de
requisitos imprescindibles como formación universitaria, conocimientos en
Paleografía y haber trabajado en archivos de tipo administrativo.
El examen que se
realizó fue exhaustivo constando de un ejercicio oral sobre la organización de
un archivo y otro sobre abreviaturas y cifras, una traducción latina y la
transcripción de ocho documentos. El presidente del tribunal fue el Padre
Merino, autor de obras como “Escuela paleográfica o Arte de leer letras
antiguas” de 1870 y “Breve tratado de poesía latina y castellana”, ambos en la
Biblioteca Nacional de España.
A mediados de julio de
1771, Manuel Ramírez de Arellano es elegido archivero, aunque anteriormente ya
era oficial segundo. Dos años más tarde se aprueba el reglamento de Milla.
Arellano, según Mesonero Romanos, realiza un catálogo cronológico de 174 hojas
de extensión, sobre privilegios, cédulas y cartas reales que se conservan en el
Archivo.
A finales de este
siglo, el archivero realizaba copias de libros, padrones antiguos, buscaba
información, etc., pero Arellano tiene problemas de salud, y solicita otro
escribiente, concediéndoselo sin problemas. Al funcionar correctamente el
archivo, se necesita más espacio, y Juan de Villanueva planificó el cambio de
mobiliario que no se llevó a cabo por la Guerra de la Independencia.
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